Tres de cada diez compañías españolas, frente a casi el 40% de las europeas, controlan el gasto de carburante en sus vehículos corporativos, según revela el Observador del Vehículo de Empresa (CVO).
Este escaso control del gasto supone pérdidas económicas en la empresa que podrían solucionarse mediante el contrato de tarjetas de carburante, que permite precargar una cantidad mensual destinada a los gastos de peajes y repostaje, y además ahorrar carburante.
Otra solución que plantea la CVO es el uso de vehículos ecológicos y los cursos de conducción “ecológica”. El uso de estas medidas supondría un ahorro medio anual por vehículo de hasta 500 euros en consumo de carburante.
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